EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

domingo, 29 de junio de 2014

BARDO-KARMA

MENTE: Los maestros budistas piensan que el ser humano es un conjunto de cuerpo y mente, sin que exista una esencia última o sí mismo. La realidad sutil o última es la propia mente, que también tiene distintos grados de sutileza. Desde un punto de vista empírico, la mente es un continuo de fenómenos mentales, pensamientos, sensaciones, percepciones, etc. Es como una pantalla clara donde los fenómenos mentales se proyectan, como una película, un continuo mental, que cesa cuando nos dormimos, al menos cesa en la manera que se nos representa mientras estamos despiertos.

CONCIENCIA: Lo que llamamos conciencia es un estado que se diferencia del sueño, es simplemente nuestra mente de vigilia, el estado de la mente cuando estamos despiertos. Por eso parece impropio decir que somos más o menos conscientes de algo, en realidad estamos más o menos informados sobre algo que nos sucede, hacemos o percibimos, o bien, lo observamos de forma más atenta, sin distracciones mentales, nos concentramos más sobre algún fenómeno o algo que observamos, pero no somos "más conscientes"de ello. Lo propio sería decir "estoy más atento" o "más informado" sobre algo, pero no "más consciente", conscientes estamos siempre que no estamos dormidos.

YO/EGOISMO: El yo o el ego es simplemente una designación, es decir, cuando pensamos en nosotros mismos o hablamos de nosotros, nos designamos como yo. Todo el mundo se da cuenta de que ese yo es irreal, pero mucha gente lo confunde con ciertas tendencias e impulsos, que hace que nos antepongamos a los demás. Generalmente, se llama egoísmo a la tendencia a anteponerse uno mismo frente a los demás, algo que hacemos, por lo general, de forma espontánea, y por ello decimos que nuestro ego es quien se antepone, pero eso no es así. El yo no se antepone a nada, lo que se antepone es un impulso instintivo, un instinto de supervivencia, algo muy atávico y básico, que es lo que nos mueve a satisfacer nuestros deseos, por delante de los demás, el bien común, etc. El yo es solo una forma de llamarnos, de designarnos a nosotros mismos (nuestro cuerpo-mente), por ello, no le deberíamos acusar de nuestros impulsos instintivos.

Sentadas estas bases, nos gustaría abordar el tema del KARMA o los impulsos que nos mueven en una dirección u otra y que son los que se revelan en el BARDO y deciden nuestro destino en la siguiente existencia. El bardo es un estado mental de tránsito donde se decide nuestro próximo destino, no es un destino en sí. Es un estado mental parecido al sueño, pero donde se revelarán nuestras tendencias kármicas que determinarán la forma de nuestra siguiente existencia. Y el próximo destino no depende de nuestra voluntad, hay que pensar que en el bardo no somos "conscientes" tal como explicaba más arriba, es un cuarto estado de conciencia (vigilia, sueño MOR, sueño no-MOR y bardo), temporal, sucede siempre al final de una vida, donde lo que se desvela son nuestras tendencias kármicas.

KARMA: La palabra karma significa acción, pero en un sentido causal, es decir, es una acción que no se puede separar de sus consecuencias, de sus efectos. Todo acto corporal o mental tiene unas consecuencias, que se revelan cuando se dan las circunstancias adecuadas. Por ello no siempre tenemos un claro discernimiento de los efectos o las causas de nuestros actos o de sus consecuencias. Sin embargo, los maestros orientales mantienen que hay una conexión entre nuestros estados mentales y corporales con determinadas acciones kármicas, causas mentales y corporales previas. El problema es que no siempre podemos establecer las conexiones causales con claridad. Racionalmente no es posible establecer estas conexiones, dado que no son causas directas, a veces, dicen los maestros orientales, las causas se encuentran en actos muy lejanos en el tiempo, incluso producidos en otras existencias.

Pero, el karma es lo que se revela en el bardo y es lo que decide el tipo de existencia que tendremos al salir de dicho estado, que puede ser en cualquier otra forma distinta a la humana. 

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